Es una inmensa alegría venir a compartirte mi mensaje celestial. En esta ocasión mi cariño, te traigo la paz del corazón, la mansedumbre que tu espíritu en esencia ya es; suelta tus inquietudes y dudas, deposítalas en esta vasija que traigo especialmente, para que las entregues al Padre-Madre Celestial y la eleves al cielo ofreciéndola, con humildad y la confianza, que serán bendecidas por El Creador de todo lo que es, y por el mundo Divino.
Mis alas te elevan y arropan con mi dulzura angelical, te acompaño y guío en este tiempo que especialmente me necesitas, por el tipo de energía que emano y la misión por la cual he sido creado. Gracias cariño, por atender mi mensaje, entregado con el más sublime amor.